Mi voz tiene valor

Tengo la dicha de decir que empecé y terminé la secundaria en la escuela Agustín Tosco. También fui parte del grupo de alumnos internos de la Unidad Penitenciaria N39 de Ituzaingó que inauguramos la escuela secundaria siendo la primera promoción de estudiantes de la escuela. Tengo los mejores recuerdos de ésta escuela y los docentes. Había intentado estudiar en otras escuelas de otros penales que había estado pero por algún u oto motivo (o sin ellos) era trasladado a otras unidades sin poder seguir estudiando.Hasta que llegue la Unidad 39 y por medio de un pedido al juez que tenia mi causa pude «hacer pie » en esa unidad como un acercamiento familiar. Acá empezó a funcionar,al tiempo de estar yo, la E.E.M n7 Agustín Tosco. Puedo decir que en los 9 años que estuve detenido fue lo mejor que me paso y en mi vida una gran experiencia y luego un gran logro. Para mi ir a la escuela era sinónimo de libertad. Era el lugar en donde me olvidaba que estaba en una cárcel. En donde me ayudaron a tener otra visión de la realidad,de la vida. En donde me ayudaron a darme cuenta que yo no tenia que luchar para ser «alguien», que yo ya era alguien. Y que la lucha era para hacer cumplir lo que me corresponde,mis derechos inherentes.
En La Tosco aprendí a tener voz y que mi voz tiene valor. Los docentes me enseñaron a conectar con el amor gracias al compromiso que nos mostraban todos los días al llevar la educación a ésta cárcel con la motivación y la vocación de llevarnos el mensaje que traían para nosotros. El mensaje de que nosotros estando marginados de la sociedad podíamos tener esperanza de que nuestra realidad cambie si ponemos nuestra parte. De que por medio de la educación, de la palabra, podemos y debemos hacernos valer como personas y dejar de ser unos simples números más. Aprendí a ver el trasfondo de las cosas. El vínculo con los profes hoy,10 años después, sigue firme. Hoy somos compañeros, amigos.
Gracias.
Y aguante La Tosco. Mariano Navarro.